sábado, 23 de junio de 2012

Una Bicicleta que nos da energía

Una fundación argentina creó un generador eléctrico con una bicicleta

Se trata de la Fundación Energizar, una ONG que desarrolló un bicigenerador; también investiga en biodigestores y el uso de aceite de microalgas como combustible
Por Rodrigo Herrera Vegas  | Para LA NACION
Una bicicleta que, en funcionamiento, permite mantener encendido un monitor con la energía generada por el pedaleo. Se trata del bicigenerador eléctrico , que tuve oportunidad de conocer durante los festejos por el Día Internacional de la Tierra , celebrado el 22 de abril en el Planetario. Interesado en el desarrollo tecnológico del mecanismo, averigüé quién se encontraba detrás de semejante avance. La respuesta: la Fundación Energizar .
 
El bicigenerador eléctrico en el stand de la Carrera Ambiental. 
Hace tiempo que tengo ganas de contarles sobre la fundación, debido a su aporte constante al desarrollo de tecnología en materia de energías renovables. Sus esfuerzos por demostrar que un nuevo tipo de fuente de energía es posible se complementan con el interés social de devolver esos conocimientos a los sectores más necesitados de la comunidad.
"Nuestros proyectos surgieron del interés por mejorar la calidad de vida de las personas a través de las energías renovables", me contó Diego Musolino, ingeniero que, junto con su colega Alejandro Loidl, creó la Fundación Energizar en 2010.
La fundación cuenta con una oficina propia donde poder avanzar con las investigaciones, además de brindar los cursos de capacitación sobre energías renovables. El equipo incluye a otros nueve ingenieros colaboradores, expertos en diferentes áreas de renovables, con sus propios emprendimientos afines. "Nuestra intención es que la fundación potencie el desarrollo de esos emprendimientos y así poder crecer juntos", me expresó Diego.

La energía de la bici

El bicigenerador ha sido el principal proyecto tecnológico desarrollado y aplicado por Fundación Energizar. Consiste en un sistema solidario de generación eléctrica con dos bicicletas, que permite producir un máximo de 180 Watts con dos personas pedaleando a máximo esfuerzo físico. Hay muchísimos sistemas para generar energía a partir de una bicicleta, pero en general dependen de un solo ciclista.
El sistema fue diseñado para la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el propósito de exponerlo en diferentes eventos afines. De hecho, el último domingo tuve la oportunidad de volver a verlo en la Primera Carrera Ambiental de Buenos Aires. "El fin educativo no sólo permite a las personas que se suben a las bicicletas contribuir con su energía al evento, sino también conocer cuánta energía uno genera y así comprender que ese esfuerzo es el mismo que hace el planeta para mantener nuestras luces y electrodomésticos encendidos", me explicó Diego. En este sentido, si nosotros tuviéramos que pedalear para toda la energía que utilizamos, no dejaríamos las luces encendidas cuando no es necesario.
Las dos bicicletas junto al generador. 

El sol como fuente de energía

La Fundación Energizar está trabajando en distintos proyectos sobre el primer eje de su acción: el desarrollo tecnológico de energías renovables. Los trabajos más recientes son dos: un destilador solar, y un biodigestor.
El destilador solar busca dar solución al problema del agua contaminada. El proyecto está en su etapa de diseño: un sistema robusto, simple de construir y fácilmente transportable. Su sencilla operatoria consiste en la carga de agua contaminada en un tanque y la posterior obtención de agua destilada en una botella, a través de la absorción de energía del sol que evapora el agua dejando la suciedad en el recipiente. A fin de eliminar la acumulación de sales, minerales y contaminantes que no se destilan, Diego recomienda limpiar la bandeja contenedora de agua semanalmente. Cada destilador solar se estima que tiene la capacidad de purificar y generar de 4 a 6 litros de agua por día, con una superficie de 2 metros cuadrados de absorción de energía solar.
Por otra parte, el biodigestor utiliza excremento de animales para producir biogás y se usa en granjas de todo el mundo. El resultado final es un componente con un 50% de gas puro que puede ser empleado en las cocinas o para la iluminación. El gas es filtrado por un caño que lo dirige hacia una suerte de globo donde comienza a almacenarse la materia. El resto del componente generado consiste en un fertilizante líquido llamado biol, con interesantes propiedades: es orgánico, con un proceso de degradación acorde, y no tiene olor.
El dispositivo está siendo desarrollado por la fundación en las inmediaciones de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, donde se espera sirva como herramienta de estudio para los futuros profesionales. Tendrá un volumen de 3 metros cúbicos. En este caso en particular, se utilizará como carga el excremento de oveja, proveniente de la Facultad de Veterinaria. Anteriormente, la fundación desarrolló e instaló un biodigestor en un colegio agropecuario.

El desarrollo humano

El otro eje de trabajo de la fundación, complementario con el anterior, consiste en la capacitación en tecnología y energías renovables. Se trata de una serie de cursos dirigidos a toda persona interesada en la temática, sin necesidad de que cuente con conocimientos técnicos previos. "Buscamos brindar cursos básicos para aquel que quiere aprender, por ejemplo, cómo poner un pequeño panel solar en su terraza", me explicó Diego. La clave de las capacitaciones está en responder a dos preguntas fundamentales: qué son las energías renovables y cómo funcionan.
Los cursos de capacitación son de 16 horas semanales. Las temáticas que se trabajan en ellos son diversas: introducción sobre energías renovables; energía solar fotovoltaica; arquitectura sustentable; energía eólica; biodigestores y biogás. Este último curso es dictado por Diego, donde desarrolla la temática de la producción de biodiesel y las posibilidades futuras de implementación del aceite de microalgas, uno de los temas que más lo apasiona (en 2010 un avión alemán ese aceite, de origen argentino, como combustible ).
 
Un colector solar hecho con una botella, en Villa Riachuelo. 
El tercer eje de la fundación se basa en la implementación de proyectos de responsabilidad social. Consiste en el trabajo conjunto con empresas privadas que decidan invertir en los desarrollos tecnológicos, a fin de que sean destinados a barrios carenciados argentinos.
"No hay nada más gratificante que escuchar a un chico emocionado en poder bañarse con agua caliente gracias a un colector solar ", me confesó Diego. Una organización que promete no sólo contribuir al desarrollo tecnológico dentro del campo de las energías renovables, sino también posicionar dichas energías como una solución alternativa a las carencias de los más necesitados.
Rodrigo Herrera Vegas es co-fundador de sustentator.com

jueves, 21 de junio de 2012

Nuestra CASA en 20 años


En gráficos: así ha cambiado el mundo en dos décadas

Contexto

En 1992, cuando la Cumbre de la Tierra se llevó a cabo en Río de Janeiro, la Guerra Fría acababa de terminar y Europa estaba en proceso de firmar el Tratado de Maastricht, que significó la base de una nueva y fortalecida Unión Europea. Al mismo tiempo, la agenda ambiental cobró fuerza y se convirtió en un polémico tema de conversación.
En Río+20, el debate ambiental es visto con una urgencia aún mayor, pues el mundo enfrenta un aumento de las temperaturas globales y la pérdida de los recursos naturales. El panorama político mundial ha cambiado con el auge de los países emergentes, como China, India y Brasil. Sin embargo, la crisis económica mundial ha eclipsado estas preocupaciones.

Impacto político

La Cumbre de la Tierra de 1992 se convirtió en un punto de referencia: fue la conferencia más grande de su tipo y contó con las delegaciones de 178 países. Uno de los objetivos de Río+20 es retomar varios de los temas que se discutieron entonces. En la conferencia anterior -conocida en Brasil como Eco-92- se allanó el camino para la creación del Protocolo de Kyoto (1997), un acuerdo internacional destinado a controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. Para algunos, sin embargo, la ausencia de metas concretas hizo que la consideraran decepcionante.
Los organizadores de Río+20 se abocaron a atraer a delegaciones de 183 países y lograr un resultado igual de "histórico". Esto, a pesar de grandes ausencias como la de la canciller de Alemania, Angela Merkel, o el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. La cumbre, además, se lleva a cabo en un ambiente de escepticismo global, tras una serie de fracasos de las conferencias de la ONU sobre el cambio climático.

El debate

Río+20 tiene como objetivo establecer cómo se conseguirá el desarrollo sostenible durante las próximas décadas, en temas relacionados con la economía verde y el acceso al agua, a la seguridad alimenticia y al suministro de energía. Uno de los debates se centra en lograr un acuerdo sobre los Objetivos de Desarrollo Sustentable: un conjunto de metas medioambientales para la próxima década, que junto con los acuerdos y protocolos buscan la creación de un modelo económico-social más ecológico.

Conclusiones y expectativas

La Cumbre de la Tierra de 1992 finalizó con un documento de gran importancia simbólica, la Declaración de Río –el equivalente a la Declaración Universal de losDerechos Humanos para el medio ambiente- que junto con otro documento de la Agenda 21, definió el debate sobre el medio ambiente durante las décadas siguientes. El documento, sin embargo, no era lo suficientemente fuerte como para establecer compromisos formales, en los que los países ricos se comprometieran a pagar por los programas ambientales. Los objetivos de reducción de CO2 también fueron vagos y no lograron cumplirse.
Quienes participan en Río+20 se enfrentan al desafío de producir un documento final con objetivos concretos y un impacto duradero, pues no existe un consenso internacional sobre temas importantes, como las emisiones de efecto invernadero. Hasta ahora, las negociaciones para reemplazar el Protocolo de Kyoto, que expira en 2012, están estancadas.

El país anfitrión


Cuando se llevó a cabo la Cumbre de la Tierra de 1992, Brasil estaba en su etapa inicial de retorno a la democracia, después de décadas de dictadura. Pero la cumbre coincidió con un escándalo de corrupción en torno al presidente Fernando Collor de Mello, quien fue destituido ese mismo año.
Río+20 se realizará en un país que no solo es un productor de petróleo en crecimiento, sino también un líder en la producción de etanol. Y aunque esté tratando de establecerse como un líder ambiental, antes deberá enfrentar el desafío de equilibrar el desarrollo económico con la conservación.